Los vinos franceses corresponden a uno de los más antiguos cultivos de la vid, su origen encuentra sus fuentes en la época del Imperio romano. Se les considera parte fundamental de Gastronomía de Francia, y algunas marcas han logrado un reconocimiento mundial. Francia es la segunda región donde más viñas hay en hectáreas, después de España.
Desde 1970 la normativa comunitaria solo reconoce dos categorías recomendadas las vides, resultantes de la variedad de Vitis vinífera a L. adaptadas a su zona de cultura, y las vides no autorizadas, cuyo cultivo no es deseable.
El terroir es una noción muy francesa que permite reconocer a cada vino una personalidad que viene dada por la variedad vinífera o cepa utilizada, los terrenos en los que están plantadas las viñas, los microclimas de los que se aprovechan, del saber hacer de los viticultores que lo cultivan, vinifican y comercializan, y de muchas otras cosas que pueden parecer insignificantes como la calidad de la bodega o la de los toneles de madera.